Para esta semana, he rescatado de mi biblioteca personal un cuento-metáfora sobre nuestra responsabilidad ante las acciones que decidimos llevar a cabo. Extraído de «El arte de soplar brasas» de Leonardo Wolk.
Erase una vez un escritor que vivía en una playa tranquila, junto a una colonia de pescadores. Todas las mañanas, temprano, paseaba por la costa para inspirarse y por la tarde se quedaba en casa escribiendo.
Un dia, caminando por la orilla en la playa, vio una figura que parecia danzar. Al aproximarse, observo a un joven agarrando estrellas de mar en la arena y, una a una, arrojarlas de vuelta al océano.
-¿Por qué estas haciendo esto? – pregunto el escritor.
-¿No lo ves? -dijo el joven-. La marea esta baja y el sol esta brillando. Si dejo a las estrellas en la arena, se secaran al sol y morirán.
-Muchacho, existen miles de kilómetros de playa en este mundo y cientos de miles de estrellas de mar desparramadas a lo largo de ellos.Tu devuelves algunas al mar, pero la mayoria morirá de cualquier forma. ¿Qué diferencia hay?
El joven tomó una estrella más de la arena y la arrojo de vuelta al océano. Miró al escritor y dijo:
-Para esa, yo hice la diferencia.
Es mi pequeño homenaje a aquellas personas que deciden convertirse en responsables de sus propias vidas.
Hasta pronto y gracias por leerme.
Foto via: http://www.pablotovar.com/
Me encanta leer las cosas tan maravillosas que escribes. Soy fiel seguidora tuya de por vida.
Muchas gracias por tus palabras Carolina. Son muy bien recibidas.