Mi primera obra de teatro – Parte I

El pasado 29 de junio experimenté uno de los días más impresionantes de mi corta existencia. Participé como actor en el estreno de una obra de teatro, la primera de mi vida y después de la experiencia, espero que no sea la última. Madre coraje y sus hijos, una obra de Bertolt Brecht

78Este es el escenario desde donde se veía el patio de butacas. No fue un estreno cualquiera en un teatro de talla baja y con escasos recursos. Fue un estreno a lo grande que estuvo a la altura del trabajo y sacrificio puesto por delante.

En este post quiero contarte mis objetivos para este proyecto, mis aprendizajes y las principales reflexiones que me han llevado a creer en el teatro como una herramienta para evolucionar como persona, para crecer y desarrollar nuestros talentos y habilidades.

Objetivos a lograr a través del teatro

Para mi vida profesional, en la cual me pongo metas de crecimiento cada año, necesito un nivel de autoconfianza y autoestima altos. Paso gran parte de mi tiempo profesional vendiendo, llevando a cabo acciones proactivas comerciales: llamadas en frío, llamadas de seguimiento, visitas comerciales a prospectos nuevos, negociaciones de precios y plazos de entrega, entre otras. Hace tiempo tomé conciencia de que si no me siento seguro de lo que hago sea lo que sea, si no soy capaz de creerme que tengo potencial para conseguir mis metas, en definitiva si no tengo confianza en mí mismo, no lograré progresar.

“La falta de autoestima es la causa de la mayoría de los conflictos con otras personas”

Así que tomé la determinación de lograr esa autoconfianza fuera como fuera, y tras muchos intentos y búsquedas, llegó a mi vida por casualidad o causalidad, el teatro.

Así que mi principal objetivo de este proyecto era incrementar mi autoconfianza y mi autoestima. Existen otros muchos objetivos para los que hacer teatro, pero considero que lo importante es reflexionar sobre ello y conocerlos, porque desde ahí es donde empieza el crecimiento. Sin objetivos funcionamos por inercia.

Mis expectativas antes de empezar en teatro

Nada más tomar la decisión de empezar este proyecto, empezaron a asaltarme pensamientos limitantes del tipo “donde voy yo a hacer teatro con mi edad”, “si a mí nunca se me ha dado bien actuar”, “no voy a poder exponerme delante de la gente, que vergüenza”. Me di cuenta que todos estos pensamientos eran excusas para no comprometerme al 100 %, excusas empujadas desde emociones negativas como la vergüenza, el miedo o la frustración. Estaba siendo cómplice de mis propios miedos, aquellos mismos que quería dominar y superar. Y me di cuenta que eso mismo era parte de la vida. La vida te pone delante experiencias que ponen a prueba tus limitaciones, y a mí se me estaba reflejando todo esto con el teatro.

Muchas personas no se comprometen consigo mismas. Querrían tener un mejor trabajo, más ingresos, más tiempo, mejores relaciones y un sinfín de objetivos de crecimiento, pero la mayoría se quedan como están porque no se comprometen con el cambio.

Esta sensación de vulnerabilidad y miedo me hizo convencerme aún más de que en cualquier desafío que te saca de la normalidad, al inicio aparecerán obstáculos que nos ponemos nosotros mismos en forma de prejuicios y creencias limitantes, y las personas que han llegado al éxito saben que si superas estos obstáculos, habrán consolidado un gran avance.

Lo más importante de esto es que cada prejuicio que te cuestionas no solo te permite avanzar, sino que te impulsa en la dirección a favor porque tomas conciencia de que muchas de las dificultades dependen de ti mismo superarlas. Digamos que desafiar tus creencias limitantes y superar tus prejuicios no suma de 1 en 1 en la línea de crecimiento, sino de 2 en 2 o más.

Lo mejor de todo esto es que aun experimentando todas estas limitaciones, sentía que era el camino, que tenía que salir de mi zona de confort para convertirme en el tipo de persona que deseaba.

“Cuando sientes que algo es lo correcto, no hay pensamientos ni hechos que te impidan ir a por ello”

78-1Última escena de la obra, todos cantando una canción al unísono

Aprendizajes y reflexiones del proyecto

Han sido muchos y muy intensos. Pero si me tuviera que elegir uno solo diría que el teatro es un reflejo de la vida.

Muchas veces en la vida tienes que cambiar de rol, de personaje, para adaptarte a las diferentes escenas del guion vital. Por otra parte, es necesario en la vida que nos impliquemos a nivel emocional, que sintamos nuestro cuerpo y expresemos a través de él de forma inteligente y coherente. Las personas con inteligencia emocional tienen más puntos para ser buenos actores. Por último, en la vida es importante tener un equipo de personas cohesionado que nos ayude a ser mejores personas individualmente. No somos nadie sin nuestro pequeño o gran equipo de vida, porque hasta la persona más individualista mejora si se siente arropada por un grupo que suma a la causa (familia, pareja, amigos, personas especiales, compañeros de aventuras y crecimiento…). En teatro puedes estar solo en el escenario, pero siempre sientes el apoyo de un equipo que te lleva a la excelencia desde bambalinas.

Algunos otros aprendizajes:

  • La calidad humana que hay en el mundo y que desconocemos por no atrevernos a explorarlo es inconmensurable.
  • Un líder con un propósito claro puede movilizar a decenas de personas.
  • Un líder que cree en ti simplemente porque estás comprometido te hace creerte mucho mejor de lo que ya eres.
  • Se pueden hacer realidad grandes proyectos simplemente con actitud y optimismo.
  • Si quieres que un proyecto se haga realidad, ponle una fecha fija e inamovible, si es pronto mejor que tarde, y ponte a trabajar con el tiempo que tengas. Sea lo que sea, saldrá bien.
  • Lo primero que tiene que aprender el actor es el texto, pero también tiene que ser lo primero que olvide, porque entonces no estará interpretando desde la mente, sino desde la conciencia y el corazón.
  • En cualquier equipo exitoso debe haber varios roles bien definidos. En teatro me quedo con 3: el metódico (sin un método no hay rumbo definido), el camaleónico (personas versátiles que sirven para casi todo) y el organizador (sin orden la confusión está asegurada).
  • Nunca subestimes a nadie. La persona que menos te esperas te puede sorprender con una grandísima actuación. Solo tienes que confiar en ella, y dejarla que se exprese a su manera.
  • Pídele a alguien especial que te acompañe a salir de tu zona de confort. Si te dice que no, podrás volver a contárselo y quizás le convenzas más tarde. Si te dice que sí os convertiréis en inseparables
78-2Aquí estoy yo con mis dos «inseparables»

La próxima semana continuaré con este post, donde hablaré de los valores que transmite el teatro, dedicando especial atención al espíritu de equipo.

Que tengas un gran día.

1 comentario en «Mi primera obra de teatro – Parte I»

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