Mi método para meditar

Desde hace 7 años aproximadamente soy un practicante asiduo del arte milenario de la meditación. Recuerdo las primeras veces que empecé a hacer mis pinitos, de forma completamente autodidacta, probando por mi cuenta y valorando los resultados que conseguía. Desde entonces supe que nunca querría dejar de hacerlo. La meditación se ha transformado en un hábito irremplazable en mi vida, no es un hobby que dura unos meses hasta que otro hobby más entretenido lo sustituye. Tampoco es un hábito que cambias porque ya no te aporta nada nuevo, ni una tarea que haces por inercia. No es nada de eso. La meditación se ha transformado en una parte fundamental de mi vida, y los días que no la practico lo noto.

¿Para qué se empieza a meditar?

En mi caso fue para fortalecerme en una etapa de mi vida en la que, viéndola hoy en perspectiva, me encontraba apartado de lo que más quería y dedicando la mayor parte de mi tiempo a personas y proyectos que lo único que me aportaban era frustración y rechazo. En esta situación sentía la necesidad de profundizar en mi soledad para encontrarme conmigo mismo y sentía que este era el camino para mantenerme fuerte en medio de la tempestad. Y no me equivocaba.

Tanto si ya estás practicando meditación como si estás interesado/a en empezar, tendrás tus propios motivos e inquietudes. Pero creo que en el fondo la mayoría de personas conseguimos lo mismo, mejorar a través de la «conexión».

¿Qué es eso de la “conexión” que se logra a través de la meditación?

Se trata de sentir el momento presente y nada más. Y a un nivel más profundo, se trata de convertirte en el observador de ti mismo para sentir quién eres y que sucede en tu cuerpo, mente y emociones.
Conectamos con nuestras sensaciones físicas, emocionales y psicológicas. Y en esa conexión descubres cosas, te das cuenta de nuevos matices que habitualmente pasan desapercibidos. En definitiva te conoces un poco más y te vuelves más atento a tus propias necesidades.

¿Qué beneficios se obtienen con la meditación?

Para ser claros, vas a tener que perseverar mucho para llegar a obtener beneficios. Cada vez que medites, si lo haces correctamente, vas a sentir más tranquilidad y paz que antes de empezar tu sesión de cada día. Quizás también sientas como te olvidas de la rutina y das a tu cerebro un aire fresco, parando el ruido mental que te acompaña.
A largo plazo, si eres constante y tienes fe en este arte, notarás como eres más paciente en tu vida. Te volverás más consciente, lo que significa que estás más presente en tu vida. Tus pensamientos incesantes sin sentido se calman un poco para dejar paso a mayor concentración y claridad. Puede ser que te des cuenta de la importancia que tiene vivir, y quizás te vengan nuevas ideas sobre cómo quieres vivir tu vida.

¿Cómo puedo empezar?

Yo he practicado decenas de métodos. He realizado varios cursos con grupos de personas y diferentes profesores. He leído todo lo que ha caído en mis manos sobre meditación. Y de todo este conocimiento y experiencia he desarrollado mi propio método que no es mejor ni peor que otros, pero a mí me funciona porque me aporta justo lo que necesito y se adapta a mi ritmo de vida. Es sencillo, fácil de aprender y no dura más de 15 minutos al día.

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Mi método de meditación paso a paso, por Juan Castillo

Que necesitas saber previamente:

Necesitas saber que el principal objetivo es mantener tu mente calmada y centrar tu atención en el momento presente.
Necesitas saber que esto es tremendamente complicado porque va en contra de nuestro ritmo de vida diario. Pero merecerá la pena ir venciendo todas las resistencias, a cambio sentir mejorías en todos los niveles.

Postura

La postura debe ser con la espalda recta. El objetivo debería ser lograr la postura de loto, pero dependerá de tu flexibilidad. Yo tardé varios años en dominarla. Mientras lo conseguía, mi postura era la de sentado en una silla o tumbado, aunque esta última puede favorecer que te acabes durmiendo y no es lo que buscamos.

Respiración

El objetivo debería ser respirar de forma diafragmática porque es la que mejor favorece la relajación. Inspirar (entra el aire) desde el estómago mientras éste se infla como un globo, y espirar (sale el aire) desinflando el estómago al máximo.

Actitud

Tu actitud debe ser la de la curiosidad, para fijarte en todas las reacciones que surgen en tu cuerpo y mente, pero a la vez la de mantenerte firme en el ejercicio, dejando que todo lo que llegue a tu mente se valla sin enredarte en ello.

Recursos necesarios

Ropa cómoda, un lugar silencioso sin interrupciones, temporizador (yo utilizo esta app porque permite dividir en fases de 5 minutos, pero puede servir el temporizador de tu Smartphone) y un asiento cómodo.

Opcional: Velas, esterilla, música relajante.

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Pasos para meditar en 15 minutos:

1 – Postura y entrando a meditar

Adopta la postura que mejor favorezca tu nivel, sentado o postura de loto. Activa el temporizador, y empieza con 5 respiraciones profundas, mientras centras tu atención en el aire que entra y sale por tu nariz y por tu cuerpo.

2 – 5 minutos de «soltar»

Los primeros 5 minutos te centrarás en soltar tensiones en tu cuerpo. Obsérvalo como si fueras un escáner, de arriba abajo, y quédate en las zonas que más tensión tengan, mientras que vas destensándolas con el movimiento de tu respiración. La sensación debe ser parecida a que estás respirando por la zona en tensión, como si el aire sale y entra de ahí.

3 – 5 minutos de conciencia y relajación profunda

Los siguientes 5 minutos incrementarás el nivel de conciencia. Vas a recorrer con tu atención todo tu cuerpo, desde la coronilla hasta las plantas de tus pies. Detente en cada zona 2-3 respiraciones, mientras relajas aún más cada zona pero esta vez a un nivel más profundo. Tienes que imaginarte como relajas cada zona desde la piel pasando por los músculos hasta llegar al interior. En tu pecho llegarás hasta el corazón y pulmones, en tu abdomen llegarás hasta los órganos, en tus piernas hasta los huesos, y así con cada parte. Vas notando como te relajas a un nivel físico muy profundo. Es maravilloso llegar a experimentar esto, porque te das cuenta de que algunos dolores y molestias las puedes aliviar por ti mismo poniendo el foco en su parte interna.

4 – 5 minutos de visualización (opcional)

Dependiendo de cómo haya ido la parte anterior, a mí me gusta terminar con una visualización, aunque si lo prefieres puedes terminar en el punto 3.

En una especie de pantalla de cine mental, me visualizo en mi estado ideal, consiguiendo mis objetivos y “representando” el resultado deseado en escenas de mi vida real.

5 – Saliendo de la meditación

Para terminar, simplemente abre los ojos poco a poco mientras haces las últimas 5 respiraciones profundas y poco a poco te incorporas.

¿Qué puedo hacer si no consigo mantener la concentración?

Solo te puedo aconsejar una cosa. Tener fe en el proceso y en el método. Debes creerte que esto es bueno para ti aunque al principio te cueste mucho trabajo mantener la concentración. Debes creer en el resultado mucho antes de que llegue. Yo cuando empecé perdía muchas veces la paciencia pero seguía sentándome cada día con la fe de que algún día dominaría esta disciplina, y a día de hoy sigo teniendo fe.

En estos 7 años recuerdo solamente en muy pocas ocasiones haber logrado estados de 100 % de conciencia plena, y han durado unos pocos segundos. Pero han merecido la pena. El resto del tiempo sé que he cultivado la concentración y la relajación a través de la conexión conmigo mismo.

He intentado explicarte algo tan peculiar y espiritual como el arte de meditar, y el resúmen de mis años de práctica deliberada en tan solo 1300 palabras. Será muy normal que te queden dudas. Me pongo a tu disposición para aclarártelas en hola@motivosyactitud.com

Te deseo un feliz día. Hasta pronto.

P.D. Mientras terminaba de escribir este post, he decidido adquirir un libro sobre meditación que había leído muy buenas recomendaciones sobre él. Se llama Biografía del silencio (Biblioteca de Ensayo / Serie menor). Te contaré que me ha parecido.

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