Mi secreto para empezar el día con buen pie

Hoy vengo con un post atrevido y que me da un poco de miedo sacar a relucir, entre otros motivos porque no termino de sentirme cómodo del todo siendo un «bicho raro». Considero que tan solo soy una persona que se cuestiona constantemente sus hábitos, que prueba aquello que desconoce y que cree que puede ayudarle a mejorar, para no quedarse solo con el prejuicio. A algunas personas de mi círculo más íntimo se lo he confesado y aún tengo grabadas en mi memoria sus caras se asombro, jajaja. Tengo que reconocerlo, en el fondo me lo paso genial siendo un «bicho raro».

Te lo confieso a ti querido lector, y te doy permiso para contárselo a quien quieras de la forma que desees. Allá voy……., ¡Me ducho con agua fría cada día de mi vida!. Ya lo he dicho (pufff que paz). Y si ahora te viene a la cabeza la pregunta…. ¿incluso en invierno?, la respuesta es SÍ. Y alguno se atreverá a decir… «eso es porque no vives en el norte, allí el agua de la ducha cae como chuzos de punta». Error, me he duchado en el norte de España con agua fría, incluso me he duchado en Alemania con agua fría, y me atrevo a decir que ha sido el agua más fría que ha probado mi cuerpo.

54-1

Llevo más de 5 años haciendo esto cada día, por lo que puedo asegurarte que no es algo pasajero. Mañana lo volveré a hacer, y de momento quiero hacerlo cada día de mi vida. Y en el post de hoy voy a contarte porqué elegí y mantener este hábito a pesar de la dificultad que entraña. De momento te diré que desde que me ducho con agua fría no me resfrío ni cojo los típicos catarros de Otoño e Invierno que cogía antes, y esto según he podido leer es porque mi sistema inmunitario está más fuerte y gracias a que mis defensas son más resistentes, mi organismo está más protegido de los virus que provocan muchas de las típicas enfermedades que atacan a la población en época de cambios de tiempo. Es cierto que sí que me he resfriado, concretamente 2 veces en los últimos años, pero ha sido porque me expuse a la intemperie con poca ropa y hasta ese punto mis defensas no aguantaron. Pero en situación normal puedo asegurar que no voy al médico cada año por un resfriado, ni me contagio de virus de otras personas. En definitiva, estoy más sano que hace 5 años.

¿Pero que hace que una persona empiece a ducharse con agua fría con lo bien que le sienta el agua calentita?. Pues en mi caso fue por fuerza mayor, pero estoy convencido que lo hubiera hecho tarde o temprano. Viví una temporada sin agua caliente en mi casa, y si quería sentirme limpio no tenía otra opción. Bueno sí, podía calentar una olla de agua y ducharme a cucharadas pero me parecía demasiado engorroso para unos pocos minutos de sufrimiento. Muchas veces en la vida tienes que elegir la vía más rápida aunque suponga dificultad e incomodidad, porque de lo contrario empleas demasiado tiempo en algo para conseguir un resultado muy similar. Esto en el mundillo de la productividad se llama eficacia.

Y sí, tengo que confesarte que aún a día de hoy la sensación del agua helada tocando mi cuerpo no es agradable. Esta sensación se podría definir de muchas formas, pero en mi caso al comienzo de este hábito hace 5 años la definía como dolor o sufrimiento. Actualmente la he suavizado y diría que es incomodidad. ¿Pero que hace a una persona elegir pasar por el dolor, el sufrimiento, o la incomodidad, pudiendo elegir el bienestar?. Te lo confesaré, el resultado final. Si estás convencido que el resultado final de una serie de acciones será positivo para ti, no te importará pasar dificultades, o al menos tu actitud en estas dificultades será positiva y confiada. Es el resultado final de lo que esperamos conseguir lo que nos anima a hacer todo en la vida, ya lo hagas desde el miedo o desde la valentía.

  • Muchas personas van a cumplir con un trabajo que no les gusta y que les hace infelices, por el resultado final de la nómina, incluso por el resultado final del fin de semana (olvidar lo malo) o vacaciones (olvidar lo malo durante más tiempo).
  • Muchas personas comen más de lo que deberían por el resultado final de la satisfacción que da comer lo que te gusta, a pesar de que no sea lo más saludable.
  • Muchas personas no llevan a cabo esa conversación pendiente y difícil con esa persona que no quieren ver, por el resultado de la tranquilidad de no enfrentarse a esa persona y pasar un momento difícil, a pesar de que cada día de su vida no se la quitan de la cabeza y aunque no lo reconozcan acaban sufriendo
  • Muchas personas hacen deporte a pesar de que no les gusta, por el resultado de tener un físico atractivo o una salud de hierro.

En mi caso sigo el mismo patrón psicológico pero enfocado en positivo. Lo paso mal por elección propia para disfrutar del resultado final. Es importante decir que si no crees firmemente en que el resultado final te favorecerá no harás nada. Debes estar convencido y tener fe, la fe que tienen los grandes exitosos de que algo saldrá bien aun cuando no tienes la garantía ni la demostración de que así sea.

Esta frase de Muhammed Alí lo deja bien claro:

54

En mi caso se podría adaptar a la siguiente frase:

54-3

Estos son los beneficios que obtengo cuando me ducho con agua fría:

  • Me recarga de energía – después de una ducha de agua fría no necesitas café para espabilarte. Estás 100 % despierto y preparado para hacer lo que sea conveniente con concentración y energía. A nivel psicológico es brutal porque te predispone en positivo para cualquier cosa.
  • Me hace superar la barrera de la comodidad, consigo superarme – empiezo cada día saliendo de mi zona de confort, enfrentándome a mi auto saboteador que me pide que por un día haga la excepción. Cada día gano una pequeña batalla a mi ego, imagina lo que supone esto durante mucho tiempo.
  • Me sienta bien – al poco tiempo de terminar mi ducha, mis sensaciones corporales son estupendas. Estoy relajado pero activo. Es una sensación muy peculiar pero sin duda que me potencia.
  • Me ayuda a centrarme en lo importante – cuando eres capaz de ducharte con agua fría se te quitan las tonterías en muchos ámbitos de tu vida. Empiezas a quitarle importancia a cosas que antes te preocupaban más de la cuenta, cualquier problema empiezas a verlo como algo pequeño que tiene muchas posibles soluciones. Te conviertes en un solucionador compulsivo siempre predispuesto a avanzar por muy grande que sea la barrera.
  • Ahorro tiempo y dinero – tarde menos en ducharme, y gasto menos agua.

Mi abuelo ya se duchaba con agua fría cuando era joven, seguramente más por necesidad que por elección propia. Pero ha mantenido este hábito a lo largo de su vida, y hoy con 92 años parece que aún le queda cuerda para rato. Es cierto que cuando te acostumbras a algo no supone demasiado esfuerzo mantenerlo, pero prefiero pensar que en el fondo los que practicamos este hábito estamos convencidos de los beneficios que nos aporta, y este convencimiento nos permite superar la barrera de la incomodidad.

No te voy a negar que no me ducha nunca con agua caliente. A veces hago excepciones, y giro el grifo. He aprendido que se puede elegir tomar excepciones sin que suponga cargo de conciencia. Es recomendable y necesario. Es como un premio a la disciplina y a la perseverancia, porque de lo contrario te vuelves demasiado exigente y cuando no cumples el 100 % de tus intentos sientes que has fallado, y abandonas. Llevo muchos años implementando nuevos hábitos, algunos de ellos ni me creo que los haya llegado a integrar por el esfuerzo que suponen, pero si lo he conseguido ha sido porque aprendí que si cumples el 80 % de tu plan de acción, puedes celebrarlo y permitirte ceder ese 20 % restante.

¿Y tú, que hábitos tienes en tu vida que a pesar de ser difíciles, los llevas a cabo porque tienes fe en el resultado final?, ¿Qué haces que no te gusta pero te sienta bien?, ¿Te potencia o te limita?.

Que tengas un feliz fin de semana. Un abrazo.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: